viernes, 13 de agosto de 2010

Fidel: Cinco letras y un pueblo.


Cuánta grandeza en un sólo hombre.
Cuánta sabiduría cultivada con los años y puesta al servicio de los pueblos del mundo.
Cuánta inteligencia para convertir los reveses en victoria, tomar lo positivo de los hechos, para ponerlo en práctica, y también lo negativo, para estudiarlo,analizarlo en su esencia, aprender de ello y no volver sobre el error.
Cuenta la historia, narrada por él y por quienes lo conocieron, en las diferentes etapas de su vida, que siempre fue preclaro, sino profeta.
Desde niño fue rebelde, inquieto, perspicaz, inteligante y osado.
En la adolescencia esas características se afianzaron y constituyeron rasgos de su personalidad hasta hoy.
De joven se interesó por el deporte, la naturaleza,el estudio,sus condiscípulos. Decidió luchar para acabar con el sufrimiento de los cubanos que no tenían tierra, a penas un hogar para la familia, un trabajo con míseros salarios que no alcanzaban ni siquiera para atender a un pariente enfermo, o un estudiante universitario que no tenía garantía de empleo una vez graduado,niños sin derecho a una escuela, maestros sin aulas, miles de profesionales sin respeto, mancillados por la cúpula de poder.
Por eso se puso del lado del deber y al frente de las luchas estudiantiles, organizó a un grapo de jóvenes revolucionarios -como él- y asaltó el Cuartel Moncada, "parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su Centenario".
Una vez detenido hizo su histórico alegato La Historia me Absolverá, con el cual pasó de acusado en acusador, momento crucial donde dijo todas las miserías a que estaba sometido el pueblo de Cuba y puso nombre y apellido a los responsables.
Fue el mismo joven del Granma y de la lucha en la Sierra, fue el del triunfo en enero del 59, el que entregó las tierras a su verdadero dueño,el de las nacionalizaciones, el de Girón, el que hizo realidad los sueños de justicia social de una nación que desde hacía más de un siglo, había abonado el suelo patrio con la sangre de sus hijos.
Fue el de las movilizaciones agrícolas de los primeros años de la victoria y las militares donde estuvo en juego, incluso, el destino del planeta, cuando la Crisis de Octubre.
Es Fidel, junto al pueblo de Cuba, el protagonista del internacionalismo como máxima expresión de Humanismo y Solidaridad, el mismo que se ha levantado y se levanta con Cuba para todos los tiempos.
Decir cuánto ha hecho y hace no puede ser en simples cuartillas. Todo intento de resumir su obra ni siquiera se acerca a su dimensión extraordinaria.
Es un privilegio convivir con él, leer a la altura de sus 84 años sus reflexiones, que van más allá del hecho particular para hacerse universales; es un privilegio escucharlo y verlo alertándonos, orientándonos.
Es un goce descubrir al estadista, lúcido y audaz, al Comandante de verde olivo, que no necesita de sus grados para que el pueblo lo vea como su Comandante en Jefe,al hombre grande que crece en la medida en que más argumenta sus puntos de vista.
Es un goce tenerlo, ser su contemporáneo y decirle a nuestros hijos: "mira ese es Fidel, alguien a quien tenemos que respetar porque es ejemplo"