viernes, 30 de abril de 2010

Te invito a estar juntos...


Cubano, cubana, amigo, que recorres por estos días las calles de una nación que presume de su honra. Te invito a disfrutar de la página gloriosa que cada Primero de Mayo escribimos como parte de los festejos por el Día de los Trabajadores.
No te ofrezco nada material, no es preciso.
En cambio te doy la posibilidad de que vivas un momento único, donde niños de la mano de sus adultos, jóvenes estudiantes y trabajadores, ancianos que ya cumplieron su deber laboral, inundan las calles para respaldar su Revolución, la misma , la de aquel enero de 1959.
Te invito a que te sumes a ese mar de alegría donde los colores de la enseña nacional dan un toque diferente al ambiente, el rojo-negro del Movimiento 26 de Julio
resurge como muestra de aceptación y respaldo y el verde olivo de la Sierra da cuenta de que en cada hombre y mujer hay un soldado dispuesto a morir por la gloria que se ha vivido.
Como vez no te ofrezco mucho, pero en tan poco, intento trasmitirte lo que verás y sentirás.
Tienes el privilegio de asistir a una manifestación de pueblo, donde se conmemora y se recuerda a los caídos con el júbilo que da sentirse útil y comprometido con su tiempo.
Tienes la oportunidad de ser uno más, entre millones, pero uno que cuenta y suma para defender a Cuba en un momento crucial de la historia de la Humanidad en que los centros de poder enfilan sus pezuñas para difamarla y agredirla.
La cita es en las calles, en las plazas de cada municipio y provincia, todos: unidos, firmes y victoriosos.
Por Cuba y por los cubanos.

miércoles, 28 de abril de 2010

Motivos para un Primero.

Siempre lo digo, con orgullo, soy cubana. Soy una persona que nació en enero del 64, y desde ese momento recibió la bendición de los suyos y la buenaventura de pertenecer a este país, bello por su naturaleza e igual por su gente.
Surgida en un hogar de obreros, no escapé a la discordia, a las diferencias al calor de un proceso que cambió la vida de la nación.
Por un lado, el padre, nieto prodigio del mambí que puso su empeño en favorecerlo a él, por encima de los demás.
Por el otro, la madre, hija bien amada, que no entendió nunca por qué su padre tuvo que cumplir condena de 13 años por manifestarse en contra de lo que no aceptaba y nunca quiso.
En el medio, tres niños que nacieron y crecieron felices, y fueron con los años estudiantes, cederistas, jóvenes comunistas, ella –es decir yo- federada, trabajadores y, sobretodo, revolucionarios conscientes de su lugar en la sociedad.
Desde pequeños, los cubanos y cubanas asistimos a las celebraciones por el Primero de Mayo de la mano de los padres que se sienten comprometidos con sus hijos a asistir a ese hecho tan trascendental donde respaldan el proceso iniciado en el 59, dan un voto de confianza a las nuevas generaciones y apoyan lo bueno y bien que se hace “con todos y para el bien de todos”.
Esta ocasión no será la excepción.
Ya muchos crecimos al fragor del combate, buscando como avanzar y desarrollarnos mejor, aquí y allá; reclamando el derecho que tenemos a decidir nuestra forma de vida, sin hacer mal a nadie, todo lo contrario; ocupados en formar una gran familia donde prevalezca el interés colectivo por encima del individual, donde el Hombre sea amigo del Hombre y donde Patria sea la Humanidad toda, sin prejuicios, sin discriminaciones…
Nuevamente los cubanos y cubanas inundaremos las principales avenidas del país, en marcha unida, festejando los años de resistencia y de logros, que hubieran sido más de no ser por un bloqueo que la Humanidad condena una y otra vez, pero sigue inalterable, y más que inalterable se acrecienta cada día.
Cuesta mucho ser digno, cuesta ser libres e independientes sin hacer concesiones a quienes se creen los dueños absolutos del Universo.
Por eso, cuando este sábado Primero de Mayo salgamos a las calles estaremos en Cuba, levantando las voces en contra de la ignominia imperial, en contra de la campaña mediática que pretende desacreditar una Revolución, que si bien no es perfecta, pone todo su empeño en ser mejor y más humana cada día.
En Varadero, desfilaremos todos: amas de casa, jubilados, combatientes, estudiantes, trabajadores y amigos, muchos amigos que nos visitan y, como cada año, se sumarán para dar un sí por Cuba y su Revolución.