viernes, 7 de mayo de 2010

A mi Madre.


Desde que abruptamente mi madre se ausentó para siempre quise borrar el segundo domingo de mayo de mi calendario.
Sin embargo, desde hace unos años, la fecha me llena y me permite ver la vida diferente.
Es inevitable pensar en mi madre este día e imaginar cuánto disfrutaría a mi hijo, cuánto lo mimaría y cuánto le enseñaría sobre las plantas, las personas y aquella cantidad de refranes que, sin proponérselo, me dejó en herencia.
Mima disfrutaría de mi hijo con el goce de una abuela que se sabe sueña de una familia plena, buena.
Cualquiera puede pensar que exagero al resaltar los valores de los míos pero no son tiempos para falsas modestias.
La vida, por desgracia, nos puso a prueba demasiado pronto.
En el Día de las Madres, al pensar en la mía, me siento orgullosa de lo que ella fundó: un hogar que trato de mantener a fuerza de trabajo y que brindo a mis amigos para que lo sientan suyo, como ella lo quiso e hizo.
En el Día de las Madres deposito en mi hijo el amor de la mía multiplicado por los tíos ausentes, por el padre distante y el abuelo que asume todo: besos, cariños, travesuras y malacrianzas con la misma sonrisa de hombre noble.
En el Día de las Madres me permito disfrutar a mi niño hasta el cansancio.
Él, río y yo orilla empalizada.
Él, pino que se alza, yo agua que cae para darle vida.
Él, perro que ladra detrás de la Luna.
Yo, en cambio, gata enamorada que mira a través de la ventana.
Él sueño, esperanza...y amor...y ansia.
Yo, una mdre ilusionada que ve crecer a su hijo y pide fuerzas para hacerlo hombre antes del alba.
Por todo lo que siento, por todo lo que recibí de mi madre, mientras estuvo, felicito a todas las que han tenido la dicha de sentir el amor de la suya y después, y a la vez, el palcer de amar a sus hijos.

1 comentario:

  1. Prima...simplemente hermoso. Cuidate y Feliz Dia de las Madres, ahora y siempre. Un besote y un fuerte abrazo de una boricua exiliada...Aurora.

    ResponderEliminar