sábado, 6 de febrero de 2010

Carta a Kmilo 100 fuegos

¿Qué se sentirá cuando se pasa a la posteridad? Cuando se cumple 78 años y estás entre los vivos como el primer día, sin importar que has muerto.
Cuando la imagen está intacta y todos te recuerdan con tus 28 años, tu pelo largo, tu rostro hermoso y sonriente.
¡Cuánta nostalgia sienten todos tus compañeros de armas y de vida cuando piensan en tu ausencia!
¡Cuánto dolor sentimos otros para quienes tu imagen imborrable se abre hacia el futuro!
Te vemos en tu barrio habanero de Lawton, jugando o montando bicicleta, o, paseando con la familia. Te vemos entrando en la Escuela Elemental de Artes, te vemos en la playa –aún adolescente- o frente al Capitolio, junto al inseparable Rafael Sierra; te vemos de dependiente en un restaurante o detrás de un mostrador en una tienda.
Te vemos siempre humilde, haciendo esas cosas cotidianas que te hicieron inconfundible. Para usar tus propias palabras:, te vemos “alto y a la luz del Sol”.
Para vivir como tú vives Camilo, hay que ser realmente un Hombre de siempre.
Vives y te multiplicas en cada hombre y mujer de tu pueblo.
Vives como sólo lo hacen los Hombres del mañana.
Estés donde estés Camilo seguirás siendo el símbolo de humildad, patriotismo y de valor en que te convertiste un buen día.

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