sábado, 13 de febrero de 2010

En el Día del Amor y la Amistad.

Confieso que no soy de las personas que magnifican las fechas señaladas, prefiero el acto diario.
Sin embargo, tampoco soy de esas personas que, a ultranza, niegan las celebraciones y, sin compromiso alguno, las eliminan de su calendario. Todo lo contrario.
De hecho el amor debía tener su día para distinguirlo por encima de cualquier otro sentimiento, merecía tener su día para reinyectarlo, estimularlo y hacerlo más profundo.
Pienso en el amor como algo necesario e imprescindible, como algo que tiene que existir para sentirnos plenos, dignos, grandes.
Al amor lo asocio con ese dolor que hinca bien adentro, allí donde no es posible llegar y que sólo lo sabe el que lo siente.
Lo asocio con la risa plena, que puede resultar tonta ante los ojos de muchos pero el que lo siente la disfruta y le importa poco,por no decir nada, lo que puedan decir.
Lo asocio con esas pequeñas cosas que no aburren y llenan, sin empalagos, brotan del alma y calman, aún en las tempestades.
Lo asocio con la fidelidad, que no permite traiciones ni siquiera con el pensamiento.
Lo asocio con la lealtad, que no acepta comentarios de nadie, ni siquiera de los más cercanos.
Lo asocio con la vida, esa que tenemos una única vez y nos damos cuenta que se vá cuando a penas hay tiemnpo para un ultimo beso.
A las puertas del 14 de febrero. Día del Amor y de la Amistad, me permito aconsejar:
si siente que el corazón crece hasta dejar de latir (al menos eso parece), si descubre que el grito escapa tras el suspiro;si en algún momento del día deja de pensar para entregarse toda, o todo, atrape ese instante porque, tal vez, ese sea el Amor, que no acepta espera.
Por el Día del Amor y de la Amistad.... A todos aquellos que se permiten dar y recibir AMOR: !Felicidades!

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