domingo, 28 de febrero de 2010

La solidaridad, un valor irrenunciable

Decía Martí: "Piérdase las vidas empleadas en el amor de sí propio".
Sabía el Maestro muy bien que el destino de la nación estaba en la solidaridad que se estableciera entre los cubanos y,desde los cubanos, hacia loas pueblos del mundo,en particular de la América Nuestra.
Desde hace más de un siglo, los hijos de Cuba se identifican con las causas justas y la defienden a cualquier precio; desde hace más de un siglo los hijos de Cuba han estados dispustos a sacrificarlo todo en el afán de desarrollar ese internacionalismo que nace luego de tanta sangre derramada en la manigüa.
A los cubanos les interesa, nos interesa, porque así lo hemos interiorizado, participar en la solución de problemas colectivos, incluso desde lo individual de cada uno.
Por ello, el interés en formar valores en las nuevas generaciones que incluyan el colectivismo, la austeridad y la modestia.
Por ello el comprommiso, en idea y acciones, con el bienestar de la familia, núcleo elemental de la sociedad, la Escuela, los colectivos laborales, la nación y otros países y pueblos hermanos.
Por ello el compromiso masivo del diálogo fecundo y el debate reflexivo para identificar los problemas que obstaculizan el desarrollo; por ello la apremiante necesidad de actuar unidos para buscar las alternativas posibles en la solución de tantos problemas, objetivos y subjetivos.
A los cubanos y cubanas nos viene del natural ser solidarios...y no es que demos lo que nos sobra sino que -fieles a la tradición de lucha y resistencia de todo un pueblo- compartimos lo que tenemos, sin esperar nada a cambio.

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