domingo, 28 de marzo de 2010

Cartas cruzadas con un amigo

.Creo que esta carta deberían leerla todos los cubanitos que pican el anzuelo del paraiso "democrático" español y comparen con lo que tienen.
Salud para tod@s.
Pedro

En la redacción de inSurGente hemos recibido esta mañana una carta que, por su descripción de la realidad, queremos compartir con todos ustedes.

No estoy desempleado. Trabajo diez horas en un taller mecánico desde hace once años, gano 1.100 euros por mes, con pagas y horas extras incluidas.

Mis números son:

550 euros de hipoteca (un piso de 67 metros en la calle Marcelo Usera en Carabanchel, Madrid)
125 euros de un préstamo de una obra que hubo que hacerle al piso y de los muebles que compramos.
350 que le paso a mi ex mujer porque tenemos en común una pequeña de tres años.
100 euros de agua, butano, luz, móvil (me acabo de dar de baja definitiva), tarjeta de transporte (trabajo cerca de Argüelles, en la otra punta de Madrid).

Como ven, antes de empezar a comer ya tengo un presupuesto de 1,125 euros, es decir, por encima de lo que gano. Estoy desesperado, mis padres me dicen que me vaya con ellos, pero son muy mayores y viven en un pueblo de Cantabria, esto supondría no poder ver a mi hija. He puesto carteles para alquilar una de las dos habitaciones pequeñas del apartamento, de ir con un vecino a vender los domingos a un baratillo cosas que encontramos por ahí... No se, he tomado la decisión de ir a comer a un centro religioso que reparten alimentos cerca de mi trabajo. Soy un obrero.

Gracias.

Carlos Maestre.
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Pedro. Esto que siente el obrero español es realmente agobiante. Es cierto que en mi país falta para que podamos satisfacer las necesidades que todo ser humano tiene en el orden económico y espiritual, sin embargo, ese nivel de desesperación nunca lo he sentido ni ninguna de mis amistades. En Cuba me levanto y salgo al trabajo con la tranquilidad de que mi hijo está bien cuidado y aprende con su maestra en la escuela, al nivel de cualquier niño bien educado en el mundo. Siento seguridad al andar por las calles sin el temor de que puedan hacerme daño o a mi hijo, mi padre, mis amigos...lo que no quiere decir que no haya delincuencia pero al grito de auxilio son decenas los que corren en mi ayuda y, pobre del diablo que se atrevió a atacar a una mujer o a cualquiera.
En mi país, Cuba, la atención médica no es un problema, no importa tu nivel de ingreso, ni formación profesional ni origen social, todos, sin excepción, tenemos el derecho a recibirla y a reclamar cuando factores humanos obstaculizan su calidad.
En mi país la posibilidad de sueños es algo cierto, no deben llamarse a engaños, mi hijo, por ejemplo, sueña con ser policía, periodista, presidente el país, constructor... y yo sé que puede serlo, pero tiene que estudiar duro, aprovechar las posibilidades que el sistema le ofrece y adquirir responsabilidad ante la Vida.
En mi país, puedo ir al teatro, a salas deportivas, galerías, centros de enseñanza de informática, la Universidad...en fin... puedo crecer mucho sin costo extra y, cuando pago el precio da risa, en comparación con otros lugares del planeta.
Ah! es cierto que ir a un hotel cuesta mucho y no está al alcance del cubano promedio, en muchas partes es igual, o acaso me quieren hacer creer que cualquiera se aloja en un hotel 4 ó 5 estrellas.
Es cierto que en mi país todo está muy estatalizado y negocios que podían tener particulares son (literalmente) una carga para el Estado. En lo personal creo que eso debe tener una solución pronta, sólo que en una sociedad donde todos tenemos los mismos derechos y el igualitarismo no distingue al que produce más o no produce a la hora de beneficios sociales, rectificar el tiro tiene su precio, alto.
Hay muchos problemas, lo sé y no quiero enumerártelos pero lo que si te puedo asegurar es que vale la pena seguir luchando, haciendo en bien de todos, creando y apostando por un mundo mejor en el que, sin dudas, ya entramos, por derecho propio. Gracias Pedro, por compartir con nosotros esta carta del obrero español.
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Así es compañera, totalmente de acuerdo, pero, la mayoría de los obreros españoles, no son conscientes del pozo negro donde están metidos, hablas con ellos y la mayoría dicen que viven estupendamente, que tienen libertad, ¿libertad? si, libertad para meterse mas en el barro si es que eso es posible, la conciencia de clase es algo que apenas se conoce, hoy en día, para que te den una hipoteca para comprar una casa, necesitas mil avales y garantías y te dan 40-50 años para pagarla, o sea, que cuentan con tus hijos y tus nietos para terminar de hacerla frente, ya que seguro que te mueres antes de que venza, en fin, esto estallará por alguna parte (tenemos 4 millones de desempleados) pues ya no se sostiene y yo que lo vea.
Salud y revolución, siempre p'alante.
Pedro

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