miércoles, 17 de marzo de 2010

Día de la Prensa Cubana




Que exista un Día de la Prensa es bueno, sobretodo si se escoge para hacer un recuento de lo trabajado, lo escrito, lo expuesto con detalles en aras de contribuir a la solución de no pocos problemas que amenazan, deterioran y obstaculizan el buen desempeño en la sociedad cubana.

Es bueno que se haya establecido este Día para honrar a Martí, en nombre de todos y para hacer del periodismo -como dijo él de Patria- un soldado de la Revolución.

El compromiso ha de ser con la verdad, esa que a veces, muchas veces, se esconde, la esconden o no la vemos y, en ocasiones la vemos, pero fingimos no ver para "no buscarnos problemas".

El compromiso de los periodistas cubanos ha de ser con su gente, con la de "a pie", con los que decidimos que nos representen en cualquier instancia de dirección o lo que es igual: con el pueblo, que reclama a cada paso objetividad, verdad, claridad de pensamiento y valentía.

Sí, porque el pueblo cubano admira, por tradición, a la pluma firme que dice lo que ha de decirse, sin tantos rodeos ni edulcoraciones.

El pueblo cubano agradece el criterio sustentado en elementos de juicio que inviten a la reflexión, al análisis mesurado y a la búsqueda de soluciones.

El pueblo cubano respeta a los profesionales de la prensa que no se dan el lujo de comprometer su trabajo con prevendas que, a la larga, lastran cualquier buen propósito.

La jornada por el Día de la Prensa Cubana en todo el país ha servido para unir a colectivos, para honrar al que debe ser honrado y para establecer compromisos donde la misión de orientar, informar, educar y formar al pueblo sea prioridad número uno.

Nos toca a todos cumplir. El pueblo de Cuba espera eso y mucho más de nosotros

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