lunes, 4 de enero de 2010

Enseñanza Especial, otro logro en Cuba.

Miles, decenas de miles de cubanos y cubanas pueden agradecer, y de hecho agradecen, el empeño del Estado para educar a sus hijos con una discapacidad física o mental.
Hay verdades que aunque traten de ocultarlas, afloran y echan por tierra cualquier intento de opacarlas.
Pienso en la Enseñanza Especial, que este 4 de enero arriba a sus 48 años en Cuba y es una de esas verdades que necesariamente tienen que reconocer aquellos que prefieren hablar de las manchas del Sol y no de su luz.
La Enseñanza Especial en Cuba ha favorecido a niños y niñas con discapacidad, los ha preparado para la vida y los tiene en cuenta para el desarrollo del país.
También ha favorecido a los padres, quienes no han tenido que renunciar a sus sueños de Hombres y Mujeres Libres, Plenos.
Gracias a este sistema de enseñanza, la vida de cubanos y cubanas ha dado un vuelco y, lo que ayer fuera una pena sin consuelo, hoy se vé aliviado porque, desde pequeño, a los discapacitados se les demuestra lo importantes y útiles que son en el desarrollo social.
Ahí están las actuaciones cubanas en las Olimpiadas de Discapacitados, la cantidad de objetos necesarios que favorecen a la familia en cualquier hogar y que son fabricados por ellos, los proyectos culturales que en cada provincia se desarrollan, las artesanías, y lo más importante, la inclusión definitiva de todos en una obra para nada excluyente.
No pido ningún extra para la comprensión de lo que escribo, sólo ser justos.Con eso se reconoce la verdad de la Enseñanza Especial en Cuba y la voluntad política de su Gobierno para sumar a esas personas que aman y aportan y, a las cuales se hace felices brindándoles la mano y poniéndoles el futuro a su alcance.

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